Actualmente nos encontramos un 60% de casos donde el motivo de consulta es la situación desagradable que vive el niño en el aula debido a un factor llamado violencia escolar, bullying o bien acoso escolar.

“Mamá, no quiero ir al colegio”.  “Se meten conmigo”. “No quiero salir al patio”. Estas son algunas de las frases que repiten, y que a veces pasamos por alto por pensar que es solo una escusa para no ir al colegio o al instituto. Pero detrás de estas verbalizaciones, puede esconderse una historia de miedo, incluso terror a sus iguales.

En algunos casos el niño acosado presenta un diagnóstico de base, como el trastorno por déficit de atención, autismo, o dificultades en habilidades sociales. Sin embargo esto no es justificable. Me refiero a que “no es justificable”, porque nos encontramos con la escusa de la situación por parte de profesores e incluso padres y profesionales sanitarios. Re-victimizamos a este tipo de niños considerando “normal” lo que les ocurre por sus características. No vemos al acosador como en otros casos. Lo que debemos hacer es tener en cuenta qué tipo de alumnos son los más vulnerables de sufrir esta violencia. Y entonces, actuar en prevención de la misma.

Acoso escolar: protocolos de actuación

Debemos saber que cada centro tiene un protocolo de actuación respecto a un posible acoso escolar. Pero también presentan protocolos de actuación frente a esta vulnerabilidad infantil. Debemos estar atentos a que se desarrollen en las aulas de nuestros hijos. De este modo no se convertirán ni en acosador, ni en acosado, ni en consentidor.

Por ello, es importante la detección y su abordaje temprano, estableciendo también medidas de prevención e inlcusión.

En nuestra consulta evaluamos la situación de forma global. Incluso acudimos a las aulas para un completo abordaje del problema y así establecer las pautas oportunas.

Claves de detección acosado:

  • Violencia reiterada
  • Estado de ánimo bajo
  • Reticencia a acudir al Centro Escolar